La Administración Pública, con buen criterio según mi opinión, ha decidido que las gestiones referidas a determinadas ayudas y subvenciones, como pueden ser los incentivos económicos regionales o algunas líneas autonómicas, se tienen que realizar de forma telemática, es decir a través de Internet y plataformas de gestión.
Esta medida me parece acertada por un lado un doble motivo. En primer lugar, porque se va a poder agilizar enormemente la tramitación al ahorrar el tiempo de desplazamiento de esa documentación física entre departamentos o desde el registro de entrada hasta la mesa del técnico responsable del análisis de ese expediente. En segundo lugar, por el consiguiente ahorro económico y medio ambiental, ya que quiero recordar que en algunas subvenciones hay que sacar siete u ocho juegos de la documentación solicitada. Estamos hablando de mucho papel y complementos necesarios para poder proceder. Imaginaros las cantidades que supone imprimir siete veces un proyecto de arquitecto (planos incluidos) o unas escritura de constitución, de poderes, etcétera, etcétera.
Dicho lo dicho, ¿estamos preparados nosotros y la Administración para esta ‘innovación’? Pues lamentablemente creo que no, y sobre todo quien peor lo lleva es la Aministración a la que, desde mi punto de vista, ha pillado el toro. Como muestra varios botones:
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