Los hoteleros de Tenerife nos hemos visto sometidos este verano a una situación de acoso y derribo por parte de los ‘claim farmers’ (recolectores de quejas), a los que hemos denominado coloquial y mediáticamente ‘abogados piratas’, bufetes móviles de juristas británicos apostados en las cercanías de nuestros hoteles y que han actuado con total impunidad al incitar a nuestros turistas a ponernos falsas reclamaciones –que presentan en Reino Unido y bajo legislación inglesa– por supuestas intoxicaciones alimentarias. Les ofrecen la posibilidad de ganar apetitosas indemnizaciones que les reportarán unas vacaciones gratis y les garantizan que no cobran si no ganan la demanda. Por situar algunos datos, en Ashotel hemos recibido las quejas de 12 establecimientos asociados a los que se les han interpuesto 150 reclamaciones que oscilan entre los 3.500 y 5.500 euros cada una.
Nuestra reacción no se ha hecho esperar y, viendo que nuestros colegas en Baleares, Benidorm o Costa del Sol vivían una situación similar, hemos trasladado esta preocupación a nuestra Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), que se ha puesto manos a la obra.
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