Desconozco cuántos de nosotros hemos estado en Hawai, pero por lo visto nos unen varios aspectos de conciencia medioambiental. Gracias a un geólogo y doctorado en geografía, gran conocedor del medio marino y un sinfín de conocimientos extras, me quedé descuadrado a raíz de una conversación que mantuvimos en el muelle de Los Abrigos, antes de ir a darme uno de esos baños que actúan como terapia ante el estrés.
Junto a él, un grupo de 17 ingleses miraba con doble sentido el entorno y resumía el encanto de la isla. Al mismo tiempo, pensé en la incomprensión de cómo podemos generar tanta desidia en bloques de hormigón en cualquier esquina de paisajes inigualables; de cómo generamos tanta cantidad de basura y, ni cortos ni perezosos, la desechamos en la vía pública; de cómo los políticos empiezan obras públicas y las abandonan como a un amor de verano en plena noche de Reyes…
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