Ha llovido ya de aquello. El que fuera referente de la sensibilidad ecológica, el mercadillo de Tacoronte, catapultó sucesivamente una fórmula -sobre todo del aglutinante y frágil sector primario de Canarias- que prendió como la pólvora y que hoy se hace fuerte por doquier en enclaves de vitalidad comercial.
El mercadillo de Tegueste, entre otros, puede considerarse modélico en un concepto peculiar de aunar los esfuerzos del sector primario de la comarca, así como por el volumen de realizar actividades específicas desde hace años, entre las que se encuentran los showcooking, talleres, módulos de formación, o el último encuentro realizado con el atún patudo y los vinos de Tenerife como acicates para el gran público.
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