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Vista aérea de Las Américas.
31
OCT
2013
Ashotel respalda al Gobierno de Canarias en el enfoque renovador de la Ley de Modernización y Renovación Turística
La Asociación advierte de que un aumento de nuevas camas con la estructura actual provocará una caída de precios medios y, en consecuencia, de la rentabilidad de los establecimientos
La Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, Ashotel, muestra su respaldo al Gobierno de Canarias en el enfoque renovador que ha dado a la Ley de Modernización y Renovación Turística (LMRT), aprobada por el Parlamento de Canarias el pasado 29 de mayo. Además, solicita que se dé un margen de tiempo a esta normativa para poder ver sus efectos sobre el sector, pues apenas tiene cinco meses de vida.
Tras conocer la presentación de una proposición de ley ante la Cámara por parte de varias formaciones políticas del Archipiélago para modificar algunos aspectos de la actual Ley, Ashotel quiere manifestar su opinión al respecto desde un punto de vista estrictamente técnico.
De entrada, es falso que la LMRT impida la creación de hoteles de cuatro estrellas. El mecanismo a través del cual se pueden llevar a cabo estos establecimientos es la renovación de la planta actual. Este mecanismo permite que el producto más obsoleto situado en las mejores parcelas de los destinos se actualice, dando lugar a una nueva oferta, que dará respuesta a las necesidades del mercado.
En segundo lugar, un incremento de nuevas camas al tiempo que se mantiene la estructura actual supondrá a la larga una caída de los precios medios de contratación, que arrastrará a los establecimientos actuales, llevándose por delante el empleo creado con la nueva oferta. Esta rebaja de los precios medios afectará también a la rentabilidad de los establecimientos y, en consecuencia, a una caída del empleo.
Otro aspecto reseñable es que el reglamento de la LMRT, además, está pendiente de aprobación, y es este el que matizará y desarrollará los aspectos pendientes de la Ley, como el funcionamiento del banco de camas, la creación de la figura del condominio, la regulación de las villas, el reglamento de estándares turísticos o el mecanismo de sustitución de propietarios por el incumplimiento de la obligación de renovación.
En cuarto lugar, Ashotel no cree que la demanda de un reducido grupo de empresarios de Gran Canaria sea realmente el sentir real de quienes llevan en el sector turístico de esta isla varias décadas, soportando malas y buenas épocas.
La renovación hotelera va a movilizar también un importante volumen de mano de obra de un sector estratégico para Canarias, como es la construcción, y lo hará en cifras muy superiores a lo que supondría edificar nuevos hoteles.
Asimismo, el Gobierno de Canarias está facilitando, a través de acuerdos con entidades bancarias, líneas de financiación para la renovación hotelera. Estas entidades, además, han manifestado públicamente su confianza en el sector turístico para canalizar nuevos recursos de inversión.
La patronal turística de la provincia tinerfeña considera que estos argumentos en defensa de la LMRT no son imaginarios, sino que responden a experiencias ya vividas en el Archipiélago. Gracias, por ejemplo, al decreto de moratoria de 2001 se lograron paralizar las peticiones de casi 500.000 nuevas camas que, de haberse materializado, habrían conducido al sector a la debacle.
Por todo ello, Ashotel insiste en que debe otorgarse un margen de tiempo comprensible a la LMRT para que sus mecanismos exhiban sus efectos antes de llevar a cabo cualquier tipo de modificación.
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