Ante la atonía estival y la habitual falta de información de relevancia, parece que una buena opción es generar polémica sobre temas recurrentes convirtiéndolos en verdaderas “serpientes de verano”. Al menos esa es nuestra opinión respecto a las cifras de empleo en el sector turístico canario, que en las últimas semanas han dado que hablar. Cada vez que la publicación de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) coincide con el fin de un trimestre y estas cifras se comparan con los datos de empleo registrado ya tenemos titular asegurado: “El turismo no genera el empleo esperado” o “los hoteleros no contratan todo lo que deberían” o cualquier otro de análoga naturaleza.
Pero quizás quienes se dedican a polemizar sobre esta cuestión lo más probable es que desconozcan la naturaleza de ambas fuentes estadísticas ni sepan qué es lo que están midiendo. Porque lo cierto es que la EPA y el empleo registrado son instrumentos diferentes para medir variables distintas, por lo que sería un milagro que ambas arrojaran los mismos resultados.
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