La intensidad con la que vivimos la semana pasada en Fitur nos dificulta en buena medida el análisis sosegado del momento turístico que vivimos. Ferias como esta son siempre oportunidades magníficas para palpar la salud de nuestro sector, pero también pueden convertirse en un ‘peligro’, si me permiten el sustantivo, porque volvemos demasiado eufóricos, más aún en estos momentos en que la coyuntura nos es favorable y tenemos datos muy positivos.
Entre las lecturas que me he traído de la capital española está la necesidad de crecer hacia dentro, es decir, de aprovechar el momento de bonanza, los nuevos clientes que nos están llegando y las buenas cifras de ocupación para hacer un ejercicio de reflexión: debemos ser, empresarios y administraciones públicas, responsables con nuestros recursos e invertir en nuestro destino. No nos echemos en el sofá cómodamente a ver lo bien que nos va y adelantémonos con una estrategia turística de planificación a medio y largo plazo.
Puedes seguir leyendo AQUÍ