En los sectores turísticos canario y español estamos viviendo a ritmo de récord. Todas las circunstancias internas y externas parecen estar alineadas para que este llegue a ser el mejor año, cuantitativa y cualitativamente, de la historia del sector. ¡Es tiempo de bonanza! Pero, ¿y después qué?
En época de bonanza, como buenas hormigas, debemos llenar la despensa para cuando llegue la época de las vacas flacas, pero también es tiempo de comenzar a labrar el futuro. Por eso ahora, más temprano que tarde, empresarios y políticos deberíamos afrontar algunos retos y asignaturas pendientes que nos permitan generar nuevas oportunidades y “nuevas bonanzas”. Los primeros, gestionando, renovando e innovando, y los segundos, legislando y planificando adecuadamente.
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