Quienes me conocen saben que suelo recurrir a esta expresión tan canaria, ‘¡baja el labio!’, ¡bajemos el labio!, para pedir que se relajen un poco aquellos que, con demasiada frecuencia, quieren pasar por encima de los demás pisoteando al resto o pretendiendo sentar cátedra con propuestas descabelladas, aun a pesar de no tener ni idea de lo que hablan.
Pues bien, este ¡baja el labio! quiero dedicárselo a todos esos seudogurús turísticos que en las últimas semanas ocupan portadas y artículos de opinión en periódicos y pululan por tertulias y entrevistas radiofónicas con la solución a todos los males que, supuestamente, genera el sector turístico canario, o que generamos las “malas personas” que trabajamos en él.
Puedes seguir leyendo AQUÍ