Bajo las siglas IoT (del inglés Internet of Things), cada vez más presentes en nuestro entorno laboral y personal, Internet de las cosas ha llegado para cambiar definitivamente nuestra relación con la tecnología.
De manera muy resumida podríamos decir que el Internet de las cosas es un concepto basado en la interconexión de los objetos entre sí y con los usuarios mediante Internet, gracias a la cual sabríamos con exactitud su ubicación, cómo, dónde y cuándo se consumen o utilizan esos objetos, así como su relación con el entorno. Este concepto se extiende desde el uso cotidiano en el hogar (televisores, libros, relojes, electrodomésticos, vestimenta…), hasta la visión otrora futurista de las ciudades más avanzadas, las smart cities (se calcula que en 2020 cada persona podría disponer de más de 10 dispositivos conectados a Internet – la cifra en 2013 era de 1 – y que las ciudades contarán con más de 50.000 millones de sensores).
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