Existe una premisa básica para rentabilizar cualquier tipo de negocio que es la de fidelizar a nuestros clientes, y en turismo, esta idea de fidelización es mucho más necesaria que en el resto de sectores. En Canarias presumimos de tener turistas incondicionales debido a la bondad de nuestro clima y la amabilidad de nuestra gente. La singularidad de nuestro destino y el constante empeño de la mayoría de empresarios y profesionales por mantener a nuestros visitantes satisfechos es señal de que somos conscientes de que la buena gestión en este sentido ejerce un impacto directo sobre la rentabilidad.
Sin embargo, nuestros turistas no son tan fieles como los pintamos. Es cierto que hemos logrado vincular a un segmento de clientes seniors europeos que buscan sentirse arropados, importantes y reconocidos. Los índices de clientes repetidores alcanzan, en algunos casos, cotas de hasta el 50% de la ocupación total de los establecimientos en temporada de invierno. Estos datos son muy positivos, pero debemos ir más allá, ya que nuestro turista aún es muy susceptible de cambiar de establecimiento, resort o destino por causa de los precios.
Puedes seguir leyendo AQUÍ